Avila

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Meseta Castellana
BIENVENIDO

2/7/12

COSAS QUE PASAN



Hace unos días, recorría apaciblemente el supermercado hasta que un niño de unos tres años empezó a correr de un lado para otro. Desde un extremo del local la madre voceaba su nombre, como un disco rayado:
 - Yeray! Yeray!
El niño se movía entre los murales, tocando los estantes, cambiando de sitio las latas de tomate y guardando a su antojo lo que iba pillando, en una cesta. 
Como un eco que se iba repitiendo con la misma cadencia, seguí oyendo ¡Yeray! pero desde distintos puntos del local. 

El padre acompañaba de manera sincopada, y a modo de canon, la melodía principal que iniciaba la madre. 

En esos momentos reflexioné sobre el nombre de Yeray y las consecuencias para el niño. 


TU NOMBRE (Julieta Venegas y Coti)




En el centro peninsular Yeray puede considerarse un neologismo y, por mi parte, innecesario; totalmente innecesario. Parece que procede del guanche.
¿Qué necesidad hay de llamar a un niño Yeray? 

El niño Yeray era sordo funcional respecto a su nombre que por poco es casi capicúa. 
Es decir, se comporta indiferente cuando se le nombra de forma reiterada.

Yeray suena a personaje de la Guerra de las Galaxias. Este nombre me recordaba al de Yoda que encabeza el consejo Jedi. 

El niño de las "Ys" intuye que algo de Star Wars le asiste y lucha contra los elementos que se ciernen sobre él. 
Papá y mamá parecían dos personas desaliñadas, gritonas y que mostraban gran abandono de sí mismos y hasta de Yeray.

A la señorita cajera le explicaron con detalle la afición que tiene  Yeray por escapar de sus padres.Cada día intenta una nueva aventura sin éxito.

Yeray intenta huir de sus padres y yo, francamente, le entiendo.
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En algunos países lo de los nombres es cosa seria. Ya lo creo: